“Gualaceo, lavaderos ancestrales y coloniales de oro”
(Y la historia olvidada de las Villas Españolas mineras)
Teodoro Rodríguez Muñoz
En el tiempo de los cañaris lavaron el oro en las playas de Gualaceo (lugar donde duerme el río) y trabajaron en Chunucari localidad entre Chordeleg y Sígsig (pucaras y caseríos altos para el control geográfico de la pampa sagrada que lleva el nombre de gualasseo del vocablo gual que proviene de guacamaya diosa y tótems ancestral cañari); Utensilios orfebres ancestrales estos trabajado para todo el continente razón de la similitud con las máscaras de los aztecas mayas y de otras de los incas del Perú: por ser el lugar de los encargos de los diferentes pueblos lejanos por su fama ganada. -Para posterior ya con la venida de los españoles lavar el oro para las Villas Reales
Los ríos Santa Bárbara, San Francisco y el Guaymincay; que bañan y rodean a las playas y pampa de Gualaceo, fueron considerados sagrados por los primeros pueblos autóctonos ancestrales de la región: Y usados como lavaderos de oro, que se le trabajó en Chordeleg Chunucari y Sigsig, los caseríos y pucaras para el control geográfico de la pampa sagrada precolombina de “Gualasseo”: como su primer nombre que proviene del vocablo “gual” del culto a la guacamaya, diosa cañari. –Gualaceo la vieja puerta al callejón oriental austral, abaliza y fundamenta a la interculturalidad e interamericanidad, con el vocablo “gual” en su nombre: a la interculturalidad mitológica cañari local en la coincidencia del culto de la tótem guacamaya con los demás nombre coincidentes de las comarcas de la región de: Guarainag, Gualaquiza, Guayaquil, Guaquillas (Huaquillas), y otros; que toman de culto de la guacamaya siendo la misma tótem y diosa de los aztecas y mayas; -Y a su vez con la orfebrería local ancestral de la Máscara de Chunucari trabajado con el oro de minas y de los lavaderos de los ríos de la región: y en su coincidencia artística cultural, con las máscaras del sol de los incas, y máscaras de los aztecas y mayas de Centroamérica; con la misma mitología ancestral de nuestros pueblos que muestra la interculturalidad e interamericanidad continental tanto en el comercio como en la orfebrería, para haberse trabajado utensilios de oro ancestrales mandados y encargados a confeccionarse en la región: que prueba y evidencia la Corona donada por el Presidente García Moreno a los Reyes de España: trabajado en nuestras comarcas locales; y así como la Máscara de oro de Chunucari, símbolo del Banco Central y del Ecuador y hecha con el oro de las minas y lavaderos de oro de los ríos de la pampa de adoración y culto de los cañaris; Conservándose hasta la actualidad la habilidad y el conocimiento ancestral del golpeado del oro en los orfebres de herencia ancestral de Chordeleg, de la cabecera y atalaya de la pampa sagrada cañari de la guacamaya, que en simbiosis y entrevero cultural con las técnicas y el trabajado del oro venidas de Europa: dan como resultado a la singular orfebrería mestiza de herencia ancestral y simbiosis europea, y que tanto llama la atención de los turistas del mundo a nuestras comarcas.
Los lavaderos coloniales mineros, primeros asentamientos de las Villas de la Realeza Española.
De su comienzo como asentamiento colonizado no se tiene fecha exacta, pero es sabido que fue Gualaceo antes de la capital provincial Cuenca y de la que luego pasó a ser parroquia, luego Villa, y para posteriormente erigirse como cantón el 25 de junio de 1824. En la llegada de los españoles a América, los primeros asentamientos colonizados, fueron los mineros, en su búsqueda del oro, para la realeza. Es conocido dé que las primeras Villas más antiguas en la región estuvieron cerca y en poblaciones mineras autóctonas americanas, como es: En las Reales Minas de Hatún Cañar; en las minas trabajadas y ya explotadas precolombinas de Zaruma; y en las Minas de San Bartolo del Azuay que se nutrían además con las demás fuentes mineras del sector, Sigsig Gualaceo y de los lavaderos de los ríos locales como es el Santa Bárbara San Francisco y el Guaymincay, y otros más; siendo conocido a las playas dormidas del río Santa Bárbara (“donde duerme la guacamaya, según las creencias y la mitología ancestral de los primeros pueblos autóctonos del lugar”), como lavaderos de oro usados desde tiempos ancestrales y remotos; y para el culto de la diosa y tótem guacamaya que se creía que habitaron éstas con los primeros progenitores cañaris, cerca del rio, y de la pampa sagrada de la guacamaya, del que según la creencia y mitología local: nació la gran nación cañari; siendo así entonces Gualaceo, origen de la identidad cañari según las creencias y la mitología oral; tesis local que se ha conservado y mantenido olvidada en el viejo asentamiento español de los lavaderos de minas de oro para la realeza, que ocupó el valle sagrado de la pampa donde duerme la guacamaya, que fue usado de culto para la adoración de la diosa y tótem cañari con los pucaras y atalayas de Chordeleg Chunucari, y otros altos: para la contemplación del valle.
Gualasseo como el primer nombre ancestral, donde duerme la guacamaya santuario solariego:
Gualasseo, fue el primer nombre ancestral de la pampa y valle sagrados del río en donde duerme la guacamaya, usado para el culto y adoración de los cañaris; y para las ceremonias religiosas de éste atávico pueblo milenario, con sus miradores y balcones ancestrales de Chordeleg Chunacari y otros altos, para su deleite; y como las atalayas, para el control y la vista estratégico geográfico, de la pampa sagrada que tomó parte de la antropología y el costumbrismo ancestral de la región.
El valle, pampa, y orillas del río Santa Bárbara de Gualaceo: Son entre las más bellas de la región, país, e incluso de Sudamérica: por la singularidad belleza geológica y topográfica del río dormido, y pampa; y de su original flora vergeles y frutales conocidos estos en toda la región y el país, por la inmensa diversidad de flores y frutas: y de la gran cantidad de tipos de la variedad del durazno, entre aproximadamente doce variedades del durazno, y que fue el símbolo de la pampa sagrada y del valle dulce de las frutas; y de la identidad de nuestros pueblos, como de la idiosincrasia de los primeros pueblos ancestrales cañaris, que supieron cultivar y cuidar a la pampa sagrada y su flora con gran cantidad de los frutales diversos considerado prodigio y sagrada por muchos siglos motivo ahora en la actualidad de las fiestas de carnavales de las frutas que tanto turista jala con una flora:…
Pero lamentablemente desbastada, a medias, por culpa de nuestra actual conciencia fugitiva ermitaña y ajena, que no ha sabido cuidar al valle y a la pampa sagrada de la guacamaya: que ha provocado la pérdida irreparable de la variedad, de la docena de tipos del durazno criollo, y melocotón andino, de la puerta entrada y del paso al Amazonas.
Y cuya pérdida de la diversidad tipo y variedad de las doce clases del durazno, del río de Santa Bárbara de Gualaceo; representa un daño irreparable de la identidad e idiosincrasia de nuestros pueblos milenarios andinos: -¡Por lo que las nuevas autoridades tienen la obligación y el compromiso moral ético e histórico para reparar el daño moral de nuestra identidad…recuperado a las doce clases del melocotón andino!.
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